3 feb 2024

Los orígenes de Ushuaia

Fundada el 12 de octubre de 1884 por el comandante de Marina Augusto Lasserre, “la ciudad más austral del mundo”, todos los años prepara una gran fiesta para festejar un nuevo aniversario de su fundación. El 12 de octubre de 1884 se declaró oficialmente habilitada la entonces subprefectura de Tierra del Fuego, hoy Prefectura Ushuaia e Islas del Atlántico Sur, siendo la primera institución nacional en asentarse en la isla.

El 28 de septiembre de 1884, con alrededor de trescientos habitantes, Ushuaia recibió a Lasserre, que llegó con la “División Expedicionaria al Atlántico Sur” a bordo de la cañonera Paraná, después de haber pasado por la Isla de Los Estados, con un personal de ciento dos hombres. El superintendente de la “Misión Sud Americana” era el reverendo Thomas Bridges, cuya firma figura entre muchas otras en el acta de establecimiento de la subprefectura marítima. 

Otros firmantes locales fueron los catequizadores de la misión Robert W. Whaits y Juan Lawrence, encargado de la enseñanza, por lo que se puede considerar el primer docente de Tierra del Fuego; y, por otro lado, para mencionar sólo a los que se quedaron en el lugar, están las del personal de la subprefectura Alejandro Virasoro y Calvo, quien fue designado primer subprefecto; Pedro Reyes; y Luis Fique, conocido en Ushuaia como “El Primer Argentino”.

Los resultados de dicha expedición no se reducen al simple hecho de un cambio de banderas, sino que en representación de la Armada Argentina y del Estado Nacional, al izar nuestro pabellón nacional, sentó las bases firmes e indelebles de nuestra soberanía nacional en los territorios del sur.

La tarea de Lasserre no terminaría allí, la de la Armada Argentina tampoco. Durante décadas la ruta trazada por aquella Expedición se vio reeditada en innumerables ocasiones, toda vez que los buques y transportes de la Armada Argentina recalaron en esta bahía para abastecer de víveres, transportar materiales y ser nexos de comunicación para el naciente asentamiento que se convertiría en la capital de Tierra del Fuego, bastión más austral de la República Argentina y puerta de ingreso a la Antártida.

“La División Expedicionaria al Atlántico Sud, modesta, sufrida y calladamente, realizó una expedición naval rica en hechos memorables. En el orden político debe reconocérsele a la División del Comodoro Lasserre, el haber hecho efectiva la soberanía argentina en Tierra del Fuego. Él izó allí por vez primera el pabellón nacional. La función administrativa fue además celosamente cuidada cuando se dejó reglamentada hasta la minucia, el funcionamiento de las subprefecturas, las atribuciones de las autoridades, las obligaciones del personal subalterno, y reguladas las relaciones de estos últimos con la misión protestante y los indígenas por ella catequizados. Se fundaron también en aquella oportunidad las bases en que se asentaría la futura población capital del territorio fueguino: Ushuaia”, son las palabras del historiador Armando Braun Menéndez en su libro “Pequeña Historia Fueguina”, donde narra acabadamente lo logrado por Lasserre.

Ese acto significó la definitiva toma de posesión de la costa sur de la Isla por parte de la Argentina. Construyó varios edificios públicos, entre ellos la Subprefectura dependiente de la Armada, e instaló balizas para la navegación. Poco después visitó Punta Arenas, acto en el cual comunicó oficialmente la afirmación argentina de la zona al gobierno chileno. A fines del mismo año, el Coronel de Marina Lasserre viajó a Europa, para traer el primer crucero acorazado que se incorporó a la flota argentina, el “Patagonia”, así llamado en honor a su actuación.

Para poblar la zona, el Gobierno Argentino instaló, en 1902, una cárcel. Un hito que marcó su perfil durante la primera mitad del siglo. En ese penal se alojaron algunos de los más famosos criminales de la época. La cárcel llegó a tener más de 600 presos y ayudó en el desarrollo de Ushuaia pues daba servicios a toda la ciudad, como electricidad, imprenta, teléfono y hasta bomberos. Fuera de la cárcel, los presos construyeron caminos, puentes y también el tren más conocido como el “Tren del Fin del Mundo”.

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