30 abr 2024

Las huellas de Darwin

Diario de un naturalista

Con apenas 22 años; el 27 de diciembre de 1831; Charles Darwin inicia; desde su natal Inglaterra; un viaje que sería no solo determinante para su propia vida, sino que constituiría el espejo revolucionario; y traumático a la vez; donde se miraría la ciencia de allí en más. En ese viaje; que desgrano en unos voluminosos diarios; lo trajo a las costas del Plata y luego; lo llevó a la misteriosa; lejana e inexplorada Patagonia argentina. Esos cinco años alrededor del mundo quedaron plasmados en su ya clásico A Naturalist's Voyage Round the World (Viaje de un naturalista alrededor del mundo).


Ese diario; del que aquí se recorta su derrotero patagónico; muestra no solo a un científico atento y curioso; sino a un ser humano particularmente perceptivo para el que nada resulta superfluo. Podría decirse que en este trabajo da muestras de sus aptitudes para la antropología; la geología; la zoología y la paleontología sin dejar de lado; desde ya; sus agudas observaciones de sociólogo en ciernes. Su obra; de gran valor científico; resulta a la vez apasionante y curiosa para el lector profano; que puede vislumbrar en estos escritos a un genio sensible; comprometido y; finalmente; humano. “Diario de la Patagonia”, Charles Darwin. Ediciones Continente.


Cuando el HMS Beagle zarpó de Devonport el 27 de diciembre de 1831, Charles Darwin tenía apenas veintidós años y se embarcaba en el viaje de su vida. Su diario revela que es un naturalista que hace observaciones pacientes sobre la geología y la historia natural, así como sobre personas, lugares y eventos. Presenció y visitó volcanes en las Galápagos, vio la araña de gasa de la Patagonia, navegó a través de los arrecifes de coral de Australasia y registró el brillo de la luciérnaga; estos recuerdos se encuentran en estos extraordinarios escritos.

Darwin nació en Serewsbury, Inglaterra en 1809. Su padre y su abuelo eran médicos. Después de estudiar Medicina durante dos años en Edimburgo, decidió dejarlo y estudiar teología en la Universidad de Cambridge. Fue gracias a uno de sus maestros allí, el botánico Dr. Henslow, que Darwin recuperó su interés por las Ciencias Naturales, especialmente en geología, botánica y entomología. También fue este inteligente maestro quien le aconsejó a Darwin que abordara el Beagle y se uniera a la expedición del Capitán Fitz Roy como naturalista.

El viaje del Beagle

El barco de diez cañones bautizado Beagle, propiedad de la Royal Navy y comandado por el capitán Robert FitzRoy finalmente zarpó de Devonport en 1931 después de fallar dos veces debido a las fuertes tormentas. Los objetivos de la expedición fueron completar los estudios de las costas de la Patagonia y Tierra del Fuego; dibujar planos de la costa de Chile, Perú y algunas islas del Océano Pacífico y, por último, pero no menos importante, realizar una serie de observaciones cronométricas en todo el mundo. Charles Darwin formó parte de esta expedición.

Los conocimientos adquiridos durante el viaje de cinco años pusieron en marcha las corrientes intelectuales que llevaron al libro más controvertido de la época victoriana: El origen de las especies. Una introducción sobre los antecedentes del trabajo de Darwin, así como notas, mapas, apéndices y un ensayo sobre geología científica y la Biblia de Robert FitzRoy, amigo de Darwin y capitán del Beagle, proporcionan contexto para esta increíble historia. El viaje en el Beagle es la primera edición completamente ilustrada del diario de Darwin e incluye extractos de El origen de las especies para que el lector pueda conectar el viaje del autor con el descubrimiento que lo hizo famoso.

Darwin en Argentina

Cuando Darwin estuvo en Punta Alta, era el punto de referencia que tomaban los marinos y era todo soledad. El Beagle permaneció unos 45 días en el lugar y se exploró la zona en botes. Llegaron hasta la Fortaleza Protectora Argentina, que había sido fundada cuatro años antes. Es el origen de la actual ciudad de Bahía Blanca.

FitzRoy describió los fósiles que el joven Darwin subía a bordo como “cargamentos de basura aparente”. Lo que las barrancas de Punta Alta conservaban era una mandíbula inferior, un tarso, un metatarso y restos de un armadillo gigante. Análisis realizados con posterioridad demostraron que pertenecían a gliptodontes y megaterios. Se entusiasmó cuando comprobó que esos restos eran sorprendentemente similares a los ejemplares vivos. El tema lo obsesionaba. También se dedicó a la clasificación de plantas y animales y a estudiar la estratificación de los sedimentos.

Cuando cruzó los Andes, descubrió que los ratones eran distintos de un lado a otro de la cordillera y en la observación de la fauna de la isla Galápagos, le llamó la atención la semejanza de los ejemplares que antes había encontrado en el continente. Desechó la teoría de una creación divina y se inclinó por la hipótesis basada en el estudio de las variaciones de las especies. Señaló que dichas observaciones “solo pueden ser explicadas suponiendo que las especies se modifican gradualmente”.

Darwin se refería a estas tierras como “la Sudamérica española”. Conoció a Juan Manuel de Rosas, visitó sus campos y vio cómo trabajaban los gauchos a sus órdenes. Un salvoconducto que el hombre poderoso de las pampas le facilitó le permitió moverse con libertad en los convulsionados días de la revolución de los Restauradores de octubre de 1833. Cuando se cruzó con unos exaltados y todo pintaba para terminar de la peor manera, fue tratado con toda consideración al ver que contaba con la protección de Rosas. También en su diario describe su visita a Santa Fe y su encuentro con el gobernador Estanislao López.

De esta parte del mundo, le llamó la atención el grado de corrupción de la administración pública y el poco apego al trabajo de las clases bajas.

Darwin en la Patagonia

Del diario de viaje: 23 de diciembre“Llegamos a Puerto Deseado, en la costa de la Patagonia, en la latitud 47 ° Sur. El Beagle echó anclas a unos metros de la costa de la bahía, cerca de las ruinas de una antigua construcción española. Salté a tierra firme de inmediato. Aterrizar por primera vez en un país desconocido es siempre muy interesante y lo es aún más cuando el paisaje tiene sus propias características particulares y notables. Uno de ellos es el hecho de que existen inmensas mesetas sobre superficies de pórfido a 200 o 300 pies sobre el nivel del mar. Estas mesetas son completamente planas y su superficie está formada por una mezcla de guijarros y tierra blanca. De vez en cuando, hay manchas de maleza de color marrón grisáceo y rosado y algunos, pero pocos, arbustos espinosos.

El clima es seco y agradable y el cielo azul rara vez está cubierto de nubes. Todos los intentos de colonizar esta costa de América en la latitud 41 ° sur han fracasado. El simple nombre de “Puerto del Hambre” es lo suficientemente claro como para mostrar las duras condiciones que deben haber sufrido algunos cientos de pobres infelices. Es significativo que ni siquiera uno de esos hombres sobrevivió para contar su experiencia. La fauna y flora patagónica es limitada. Los escarabajos son una vista común en las mesetas del desierto y, a veces, aparece un lagarto tímidamente. También hay buitres que vuelan por el cielo azul y en los valles se pueden encontrar varias especies insectívoras.

El guanaco o llama silvestre es típico de esta región. Se le puede llamar camello de América del Sur y se encuentra comúnmente en las tierras cálidas del continente, así como en las frías islas cercanas al Cabo de Hornos. Este es un paisaje solitario y aislado. No hay árboles. Todo lo que puedes encontrar, si tienes suerte, es un guanaco que parece estar en guardia, vigilando en lo alto de un cerro. Aunque casi no se ve ningún otro animal ni siquiera un pájaro, atravesar este desierto donde no se encuentran objetos para mirar te da un gran placer y te hace preguntarte: ¿qué edad tiene esta meseta? ¿Alguna vez se ha visto de esta manera? ¿Cuánto durará esta desolación?

¿Quién puede responder estas preguntas? Todo lo que nos rodea parece eterno. Sin embargo, las misteriosas voces que se escuchan en estas inmensidades suscitan terribles dudas”.

Campamento Darwin – Eco Lodge

El contraste de estas tierras y sus paisajes nos cautiva como cautivaron a Charles Darwin allá por 1833, eligiendo este sitio para acampar y plasmar su riqueza en dibujos y su posterior teoría de la evolución. La ría imponente, sus cañadones cargados de historia y de personajes inolvidables, la inmensidad de la estepa, la espectacularidad de la Patagonia más alejada y la enorme riqueza de flora y fauna marina y de estepa - forma parte de la Reserva Natural Intangible de la Ría Deseado.


El paso de Darwin por la región quedó eternizado en minuciosos apuntes y en hermosas ilustraciones de un libro que originalmente se llamó Diario y Observaciones. Las memorias incluyen datos de biología, geología, antropología y geografía y alimentaron el conocimiento de Darwin, quien dos décadas más tarde postuló su Teoría de la evolución de las especies. El sitio denominado "Campamento de Darwin" está ubicado 110 kilómetros al sur de la ciudad de Puerto Deseado, y unos 42 kilómetros ría adentro.

Con un profundo respeto por el medio ambiente, apoyándose en tecnologías ecológicas, los propietarios de Campamento Darwin Eco Lodge reconstruyeron el antiguo casco de la Estancia Cerro del Paso, ubicada sobre la margen sur de la Ría Deseado, a 40 kilómetros de su desembocadura. Esta Estancia fue un punto estratégico en el transporte de lana y demás mercadería, uniendo a través de la ría, la Patagonia más lejana con las Pampas. Transformada hoy en Campamento Darwin- Eco Lodge, lograron fusionar el estilo auténticamente patagónico de su estructura con un exquisito y personalizado servicio: 4 habitaciones con baño privado, pensión completa y actividades con historia, aventura y naturaleza.

La Ría Deseado es la más extensa de Sudamérica, con una longitud de cerca de 50 kilómetros. A diario, cada seis horas y quince minutos, experimenta pleamares y bajamares que remodelan su cauce. Su sector navegable llega a tener, en su parte más ancha, unos dos kilómetros. Sin embargo, a la altura del "Campamento de Darwin", el hilo de agua no supera los 30 metros y, con marea baja, tiene menos de 30 centímetros de profundidad.


Guanacos, choiques (ñandúes patagónicos), maras y liebres pueden observarse en los paseos, donde incluso se llega a descubrir la presencia de zorros colorados y grises y hasta de algún puma. Se contabilizaron 36 especies en la región, pero con la particularidad de que toda la fauna costera de la Patagonia está concentrada en esta ría, por lo que las expediciones náuticas son ideales para ver de cerca pingüinos de Magallanes, pingüinos de penacho amarillo, lobos marinos y más de 20 clases de aves.

Los guías llevan a los viajeros a través de la estepa hasta Puerto Jenkins para navegar rumbo al Parque Marino Interjurisdiccional Isla Pingüino, acompañados por delfines australes y toninas overas. Pero hay muchas más aventuras disponibles: paseos en canoa, cabalgatas, recorridos en bicicleta, escaladas y caminatas por la costa serpenteante del río son opciones para vivir con adrenalina de explorador. El mirador natural desde el cual Darwin dio rienda suelta a su afán de saber sigue, hoy, siendo escenario de privilegio para quienes disfrutan de llenar de desafíos sus miradas.

En dos pequeñas cuevas de los gigantescos cañadones que rodean a la ría se hallaron pinturas rupestres con representaciones de manos pintadas en negativo, pisadas de puma, espejos de agua y huellas de ñandúes. Según investigaciones de la Universidad de La Plata, estos registros datan de 4.000 a 7.000 años de antigüedad.

 

Mi libro "Historias de la Patagonia"

‘ Historias de la Patagonia’ es una maravillosa crónica histórica y viajera de una región especial conocida como “el fin del mundo”. Desde l...