Concebida por un hombre que más adelante sería proclamado Santo por la Iglesia Católica: Don Bosco, e impresa por tal causa de un impulso sobrenatural, la obra salesiana en la Patagonia y la Tierra del Fuego tenía necesariamente que arraigar y extenderse.
Los primeros salesianos encabezados por el padre Juan Cagliero llegaron a Buenos Aires en 1875. La obra realizada por la Pía Sociedad de San Francisco de Sales – llamada vulgarmente salesiana – tuvo un patrimonio inimaginable en bienes materiales como espirituales.
La firma del tratado de límites entre Argentina y Chile en el año 1881 tuvo como consecuencia un despliegue por parte del Estado argentino con el fin de explorar y conocer la isla de Tierra del Fuego y de reafirmar la soberanía nacional sobre ella.
El 31 de octubre de 1886 partió la primera expedición científica y militar hacia el norte y este de Tierra del Fuego, luego de que Julio Argentino Roca firmara un decreto declarando de interés nacional la exploración de la parte argentina de la isla grande. El misionero salesiano José Fagnano formó parte de la misma como capellán, dejando su propio registro escrito.
Isla Dawson
El establecimiento de la misión salesiana de San Rafael en Isla Dawson en territorio chileno, se inicia a comienzos de 1889. La isla reunía una serie de condiciones que la constituían en un espacio privilegiado. Por una parte, contaba con ventajas naturales favorables para el asentamiento de la vida humana. Y por otra, estaba situada a cierta distancia de Punta Arenas y en una porción central del estrecho.
Pero existía una razón muy importante para la congregación: era posible reunir a los indígenas en un solo lugar, siendo además un lugar aparte. Resulta interesante reconocer que ello le permitiría desarrollar a los misioneros salesianos y a las religiosas de las Hijas de María Auxiliadora un trabajo misional tendiente a instruir a los indígenas, educar a los más pequeños, además de entregarles nociones de algunos oficios y labores, junto con alimentarlos y vestirlos.
Misión Salesiana Nuestra Señora de la Candelaria de Río Grande
En el sector argentino, la reducción salesiana se instaló en la localidad de Río Grande en 1893, y se constituyó a imagen y semejanza de Dawson. Los orígenes de la Misión Salesiana de Río Grande se remontan al año 1893, cuando Monseñor Fagnano y el padre Beauvoir instalan el primer asentamiento con el propósito de evangelizar a los nativos y acogerlos en sus instalaciones. Se solicitaron cerca de 25 mil hectáreas de terreno en donde se instaló el asentamiento misional de Nuestra Señora de La Candelaria.
La misión de San Rafael en isla Dawson y Nuestra Señora de La Candelaria en Río Grande fueron espacios que permitieron que la vida de los grupos que las habitaban transcurriese en el ciclo fundamentado por la serie de tareas relacionadas con su evangelización y civilización.
Se les enseñaba el catecismo, tenían prácticas de oración y canto,
acudían a misa y recibían los sacramentos. A su vez, aprendían las tareas
relacionadas, en el caso de las mujeres, con el bordado, cocina, hilado y
tejido. En el caso de los hombres, sus tareas se relacionaban con el
aserradero, carpintería, herrería y con labores propias de la crianza de
ovejas. Todas las producciones de la misión estaban orientadas a su sustento.
Niños y niñas eran instruidos, sistemáticamente, en la práctica de la
aritmética, escritura, lectura y música.
El “problema del indio” se agudizó en los años de 1890 a 1895, cuando los gobiernos de Argentina y Chile promovieron la concesión y venta de las tierras situadas en el norte de la Isla Grande con destino a la ganadería ovina.
Diversos factores contribuyeron a los mecanismos de extinción de los selknam (onas): los secuestros de niños y su traslado forzado a ciudades como Punta Arenas o Buenos Aires, donde bajo la excusa de civilizarlos, fueron sometidos a servidumbre, el envenenamiento de carne de oveja, con el objetivo de intoxicar letalmente a los nativos que la consumieran, la “caza de indios”, actividad mediante la cual los cazadores de nativos eran retribuidos con el pago de una libra esterlina por cada indígena capturado o asesinado. A ello se suman las reducciones en los territorios de caza y las numerosas muertes por epidemias.
Cuando en 1911 venció el plazo fijado para la concesión de la isla Dawson, y como no quedaban en ella sino muy escasos nativos, el gobierno de Chile denegó el pedido de renovación del contrato, por lo cual estos indios fueron trasladados a la misión de la Candelaria en Río Grande.
Según el historiador Braun Menéndez, ya para el año 1907, la población indígena se reduce a ochocientos. Desde aquella fecha las enfermedades comienzan a hacer estragos. En 1913 sólo se cuentan ochenta y dos residentes, mientras que, en 1934, los onas no llegaban a treinta individuos.
Referencias
“Pequeña historia fueguina”, Armando Braun Menéndez