1 nov 2024

El naufragio del Hoorn

El naufragio de la embarcación Hoorn es el más antiguo hallado en aguas argentinas; la nave integraba la expedición que habría de descubrir el cabo de Hornos, la cual fue realizada por los mercaderes Jacob Le Maire y Willen Schouten en 1615. 

A principios del siglo XVII existía en Europa una gran demanda de especias, principalmente canela, nuez moscada, clavo de olor y pimienta. Gran parte de las mismas provenía de las Islas Molucas, un grupo de pequeñas islas en la actual Indonesia. 

Los Países Bajos, que se hallaban en guerra con España (la Guerra de los 80 años, 1568 – 1648), lograron tender una vasta red comercial con Asia por vía marítima. En dicho proceso establecieron múltiples colonias y llegaron a dominar el codiciado mercado de las especias. Ámsterdam se convirtió en el centro comercial del mundo y Rotterdam en el centro naviero. A comienzos del siglo XVII los holandeses tenían en servicio más de 10.000 barcos mercantes de distintas clases, cerca del 60 % de la flota marítima mundial. 

La fiebre por las especias derivó en una gran competencia entre las diferentes compañías comerciales holandesas, pues este mercado poseía un significado político y económico central en la guerra contra España. Con el fin de integrar esfuerzos los Estados Generales de los Países Bajos crearon, en 1602, la Vereenigde Oost Indische Compagnie (Compañía Unida de Indias Orientales, más conocida por sus siglas VOC). La misma obtuvo el monopolio del comercio con Asia a través de las dos rutas hasta entonces conocidas, la del Cabo de Buena Esperanza y la del Estrecho de Magallanes, y rápidamente se desarrolló como una exitosa organización global.

Jacob Le Maire es conocido por ser uno de los primeros en circunnavegar el cabo de Hornos en América del Sur, junto con Willem Schouten. Le Maire y Schouten financiaron una expedición en 1615 con el objetivo de encontrar una nueva ruta hacia las ricas islas de las especias, desafiando el monopolio comercial de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. 

A pesar de las dificultades y la oposición de la Compañía, Le Maire logró completar la circunnavegación y demostrar la existencia de una ruta alternativa hacia el Pacífico. Su legado perdura en la historia de la exploración marítima y el comercio en el siglo XVII.

La expedición de la Compañía Austral, con sede en el puerto de Hoorn, en el norte de la actual Holanda, fue la sexta en dar la vuelta al mundo, pero sólo una de las dos naves llegó a puerto en 1617. La más pequeña de las embarcaciones, la Hoorn, naufragó en la ría Deseado, en la provincia de Santa Cruz.

La pequeña flotilla salió de Holanda el 14 de junio de 1615, hizo escalas en Inglaterra, el Cabo Verde y Sierra Leona, y siguió rumbo directamente hacia Puerto Deseado (Le Maire 1622; Schouten 1618). Los expedicionarios tenían referencias de este estuario por el diario de la expedición de Olivier Van Noort, que había pasado por allí dieciséis años antes. Fondearon allí el 6 de diciembre de 1615 y se abastecieron de agua dulce, pingüinos, huevos, lobos marinos, peces y mariscos.

El 18 de diciembre vararon los dos barcos en el interior de la ría, a unos 15 kilómetros de su desembocadura, con el fin de aprovechar la marea baja para carenar los cascos. Cuando limpiaban con fuego el costado de babor del Hoorn el viento avivó las llamas, provocando un incendio que destruyó gran parte de la embarcación. Después del desgraciado accidente recuperaron lo que pudieron de la nave, especialmente la plata que llevaban para comerciar en las Molucas, y dejaron los restos abandonados (Le Maire 1622; Schouten 1618).

Basándose en los diarios de viaje de los capitanes de la expedición, investigadores argentinos y holandeses realizaron tres temporadas de exploración arqueológica en la zona de Puerto Deseado, para finalmente dar con el sitio del naufragio, de donde rescataron más de 400 restos que dan cuenta de la vida a bordo del Hoorn y de su trágico desenlace. 

El descubrimiento de restos de la nave, el naufragio más antiguo hallado hasta ahora en la Argentina, es relatado en el libro “Tras la estela del Hoorn. Arqueología de un naufragio holandés en la Patagonia” (Vázquez Mazzini Editores), escrito por los investigadores Cristian Murray, Damián Vainstub, Martijn Manders y Ricardo Bastida.

Existen muchas crónicas históricas que nos cuentan lo difícil que era navegar en aquellos tiempos, cuando los hombres pasaban meses en el océano, muchos de ellos morían de hambre y de enfermedades, otros desertaban, quedándose en tierra o suicidándose. 

La vida de un marinero era sacrificada y estaba marcada por la soledad y la miseria. El barco era la casa del marinero, su primera residencia. El escritor español Pérez Mallaína señala en uno de sus libros que estar en un barco ya de por sí era un duro castigo, se equiparaba barco con prisión. Un preso nada tenía que envidiar a un marinero en cuestiones de espacio. En los viajes a las Indias del siglo XVI las Carabelas rondaban las 60-80 toneladas de arqueo y las Naos unas 100.


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